Bipolar II

Procuro dejarte a salvo de todos mis complejos.
No sabrás lo que me pasa,
las cosas que pienso,
las cosas que hago.
Seguiré sonriendo implacable en cada cita,
seguiré escribiendo todo lo que quiera.
Y bueno, como ves tiendo a morder todo lo que beso,
soy mala perdedora, peor ganadora,
padezco de crisis aguda de remordimientos,
soy un tanto bipolar
y no sé lo que quiero,
solo sé que lo he tenido
precisamente cuando estoy contigo,
y eso es lo que mas me acompleja,
de pronto tratar de olvidarme de todo y de mi misma
y encontrarte escribiendo conmigo.
Sé que me he desvelado noches enteras luchando conmigo misma
y encontrandome nuevamente
en una de las peores semanas de mi vida,
esas cosas que digo para caer
tratando de rebotar y meterme dentro de un sobre
para que otros decidan que hacer por mi.
Toda esa gente, tus cosas,
el intimo lenguaje que a veces tenemos;
deberías saber que comenzé un diario
que nunca pasó de la primera hoja.
Volver a donde, volver a qué,
tú,
que siempre vas,
deberías por eso saberlo muy bien,
y yo,
que siempre voy
debería admitir que tampoco lo sé.

Me dije a mi misma:
este poema no lo firmará nadie,
pasará tan desapercibido
que nadie podrá entenderlo (ni siquiera yo),
tendrás tiempo de sobra
para agobiarte tranquila,
con tus propias limitaciones,
¡¿Qué acaso no entiendes que no hay nadie mas que tú?!
Un día aprendí que hay un lugar
con el que todo el mundo sueña,
y pues yo tengo mi propio lugar,
es un lugar que llega desde un suspiro
a una constelación de pecas,
desde un abrazo
hasta el beso.
Me gusta retratarte con la delicadeza
como si fueras a romperte,
me gusta compartirme contigo.