21.1.13

días como hoy

hay días en que sólo quiero rendirme, me cansa, me frustra, me molesta buscar y no encontrar. pero no po, uno no debería tener que dejar algo que tanto tanto se ama

8.1.13

me quedé mirando el paisaje, la situación decía muchas cosas, había mucho silencio. habían miradas, habían sonrisas, había incomodidad que se esfumaba en cada aspirada que le dabamos al cigarro. nos imaginé corriendo, arrancando, gritando. me reí, me reí mucho, disfruté cada segundo mientras las palabras intentaban entrar en mi cabeza.
pisé el acelerador creyendo que sabía hacerlo, tomaste mi mano, me ayudaste a avanzar, sentí que todo lo que antes había dicho se había quedado atrás, no sé que pensar, suelto el embrague, me embriago en la música. 
he querido odiarte mucho, pero te quiero, te quiero en serio.

6.1.13

dame una razón
o muchas
o ninguna
para escucharte
para mirarte
para intentar entender
por qué ahora me necesitas 

1.1.13

reina japonesa

sí, le doy color, siempre le doy color. ya no confío en casi nadie. extraño hueás que quizás no debería. pero pico. nunca confíes en las montañas rusas, aunque se vean seguras. cuando llegas a hacer la fila del juego, ya no hay tiempo para arrepentirse. nadie te obligó a subirte. esta pésima analogía se aplica al amor, a los estudios, a las elecciones sobre la ropa y al carrete, entre otras cosas. a mí también, por supuesto. 
hoy hacía calor, eso decían todos, yo tenía frío. no me gusta tener frío cuando todos tienen calor. después de unas horas me acordé que nunca me había tomados las pastillasagradas y que por eso yo frío y el resto calor. han cambiado las cosas y entre esas hay un par más importantes que mi olvido de pastillasagradas. es un hecho, tengo que enfrentar en un par de horas cosas que he evitado enfrentar durante dos años. pero pico, no quiero pensar mucho en eso ahora. 
no sé por qué las cosas están así, o ya, quizás igual sé un poco. me da pena, me frustra, lloro como pendeja hueona. ya no tengo por qué fingir indiferencia. aunque quisiera adoptarlo como un método de defensa no funcionaría. porque sí, drama drama drama. al final siempre soy la que termina más triste. ya no puedo hacer que la pena se vaya fumando cigarros como la última vez. la verdad es que vivo perdiendo cosas todo el tiempo, pero nunca nunca nunca voy a acostumbrarme a esta clase de pérdidas, que aunque sean de las más comunes a mi me siguen rompiendo el corazoncito.