23.4.12

un día me dices que no, al otro me dices tal vez

yo siempre he preferido esconderme en ideas que, por lo general, no llevan a nada. es como cuando era un tanto más chica y un poco más tonta y prefería imaginar el momento en que le decía todo en vez de hacerlo realmente. siempre me quedaba con esas tantas palabras guardadas en mi cabeza, sonaban tan tan lindo pero mi cobardía no me dejaba decirlas.
creo que algunas de esas cosas han cambiado un poco, aunque creo que de repente guardar un par de palabras no es tan malo, al menos conservarlas hasta que sea el momento preciso para hacerlas explotar.

22.4.12

te extraño te extraño te extraño

últimamente experimento estados de ánimo multidisfuncionales. que lo haya vivido todo este tiempo no significa que lo acepte. puedo elegir y elijo. saber que no sabré nada, saber que no entenderé el porqué no se me puede hacer más cuático. pero puedo elegir, todavía. y elijo no quedarme atrapada en la enredadera. 
los años han pasado sin siquiera avisarme, sigo con la mirada perdida en un rincón de recuerdos que aumentan en fechas como hoy. once años es mucho tiempo y el miedo a olvidar tantas cosas crece a pasos agigantados. no debería pero estoy despierta, y el corazón se me hace pedacitos año tras año esta misma fecha. 
decir que me haces falta es muy poco. te amo y sé que donde sea que estés me vas a estar cuidando como siempre.

14.4.12

la pura zorraund

llevo días, muchos días durmiendo pésimo, ya ni quiero dormir, he tenido pesadillas como cuatro días y éstos últimos dos días he despertado llorando, me carga, me tiene de mal humor y por sobre todo ando cagá de sueño todo todo el día. debo tener la pura zorraund en el subconsciente. 

10.4.12

Me voy a la mierda

tengo más pena que la mierda, aunque una parte de mi cree que no debería estar así, que es estúpido, que no tiene sentido, pero por otro lado siento estas hueás que duelen tanto tanto que sólo pienso en dormir. me gustaría estar en cualquier lugar del universo en que el solcito me pegara en la cara tan fuerte como para no poder abrir los ojos fácilmente.
vengo escribiendo sobre las mismas cuestiones hace muchos, muchos meses. quizás, ésta es la mala racha más larga y triste que recuerde. aunque existan razones de peso para sentirme así y, probablemente, desde mi sobrino hasta mi vecina podrían entenderlas. me angustia no tener ganas de hacer algo para que la ruta de la pena tome algún desvío.
estoy haciendo mil cosas al mismo tiempo, pensando en que los cigarros en mi mochila deben estar super aplastados, en lo bacán que son las lombrices y los otros animales que nombraba el profe hoy en clases, en las distancias tan grandes con las personas que tanto quiero y en lo mucho que extraño ver a otras personas y lo bien que me haría abrazarlas.
quiero irme unos días al campo, prometo que me olvidaría en dos segundos de toda la gente y circunstancias pencas del último tiempo, dejaría de perder personas como se pierden los pinches para el pelo o las monedas de diez pesos, escribiría hueás más interesantes que mis ataques diarios de pena compulsivos y adolescentes, sacaría quinientas fotos y las pegaría en mi pared e imaginaría muchísimas maneras de poder evitar que todo esto me pase otra vez.
me duele la mano izquierda desde ese día que nos sacamos la mierda, la derecha nada nada. el enano está durmiendo, la romi y la consuelo están durmiendo, y mi mamá está durmiendo y seguro en un rato despertará y se desvelará. me comí medio paquete de galletas de piña colada  y se me acabó el jugo, tengo sed, me pinté las uñas y me quedaron peor que ese día que estaba cuidando a Cristóbal y me movía el brazo, peor que ese día me quedaron ahora. si alguien llega ahora con un jugo de piña a mi puerta, me caso. si alguien llega ahora con un pedazo de torta amor, me caso también, sea hombre o mina. tengo que dormir y no puedo porque tengo que estudiar, no puedo y Cristóbal durmiendo es la hueá más hermosa y tierna que he visto. mañana a esta hora, el único cambio será que no me quedarán galletas y tendré otro antojo. estoy esperando el sábado (y es martes recién).
mi libro de reclamos está lleno, llenísimo. no sé si caben más palabras de enojo y tristeza en él. no sé si soy yo la que ama el drama o es el drama el que me ama a mí. extrañar es la palabra que ando trayendo pegada en la frente hace rato. es como que me hubieran sacado de mi lugar, de mi entorno y de repente me hubiesen tirado en un sitio desconocido, en el que no quiero estar y al que, a pesar de los meses, no logro acostumbrarme. extraño mi vida. últimamente sólo dos cosas me harían creer que no todo es tan penca como suelo pensar cuando me miro al espejo en las mañanas, pero no puedo tener ninguna y ya debería asumirlo y dejar de llorar como niñita perdida en el mall, aunque esa pueda ser una descripción bastante certera de cómo me siento. chau, iré a dormir. el estudio se fue a la mierda, yo me fui a la mierda, todo se fue a la mierda por ser una pendeja de mierda tan mierda pa mis hueás.

8.4.12

la manera más simple es dejarlo ahí

tengo ganas de quedarme tumbada en el pasto bocarriba esperando a que dejen de pasar cosas, a que todo deje de ser tan mierda. no he podido arreglar nada, ni siquiera sé que es lo correcto ahora. he contemplado las hojas y las flores y cuando pueda mirarlas sin peligro sé que volveremos a encontrarnos.

5.4.12

Cuarenta y siete atardeceres seguidos

han existido un millón de historias que he contado acá y otras (pocas) que he guardado. el blog ya no me llena como antes, quiero un librito lleno de hojas blancas (como alguna vez tuve) para escribir, para contar hueás y no sé; no es que me crea bacán ni nada, pero quiero escribir cosas que la gente no vea, que no sepan y que si llegan a saber es porque encontraron el librito o porque me saben leer demasiado bien.
un día lloré harto porque había crecido, porque tenía miedo. hoy no es tan distinto todo, hoy me doy cuenta de que todas las horas que he perdido pensando en un futuro terrible, no fueron más que yo misma poniéndome límites para disfrutar la vida. tampoco puedo decir que no disfrutaba la vida, pero era una forma distinta de ser feliz.
estoy en ese preciso momento en que estás casi dormida pero sigues frente al pc sin saber muy bien por qué. la verdad no sé que chucha escribir (debe notarse un poco) pero tengo ganas de hacerlo. sé que siempre siento más de lo que escribo pero es que a veces las palabras se me anudan en la garganta y no siento más que los dedos. la creatividad no me alcanza, porque en volá ya no hay mucha. en algún momento llegué a esto, a esto que es tan pequeño y grande a la vez. ésto que más allá del tamaño, importa en el sentido de lo bonito e imprescindible que se ha tornado. es como cuando uno inhala. el aire inhalado es rico en O2, luego de eso, se exhala y se puede botar bastante CO2. si te aguantas la respiración un rato, el CO2 acumulado te mata (o más bien la ausencia de oxígeno). y yo estoy respirando cada día mejor. también he exhalado, he botado todo lo malo que había acumulado éstos últimos años.
lo único que no quiero del invierno son las chimeneas, odio bajar el cerro y mirar la nube que se forma sobre la ciudad por el humo de las chimeneas. por otro lado sigo amando tanto las bufandas y los gorros en el invierno.
de repente dije quiero escribir algo en mi blog, no se muy bien ya que en estos días estoy sin palabras sobre muchos temas. tengo unas ganas tremendas de fumar marihuana, pero estoy esperando ver a mejor amigo y que mejor amigo me diga "hueonaparatuhueá" y yo le diga "yahueónya" y ahí se me quiten las ganas marihuancias de estos días.
estoy media resfriada, un poco harto aburrida y un poco igual que siempre. no sé por qué tengo tan buenas expectativas acerca de lo que viene, pero supongo que será bacán, deben venir cosas pulentas. quiero que se acaben muchas cosas. estos días fueron buenos, porque se arreglaron cosas que necesitaban solución, así que estoy más tranquila. no quiero pensar mucho, tampoco quiero hablar tanto. sólo quiero mirar, mirar y ser llevada inconscientemente a otro momento, que no sean esos de vacío en que me pongo tan tan hueona que hasta yo me pegaría un combopatá en la guata.
hoy día mi mamá me leyó el horóscopo (porque somos del mismo signo) y pucha a mi no me gustó lo que leyó, así que he decidido no creer en esa hueá. el horóscopo no debería dividirse en dinero, trabajo, salud y amor. a los 18 años nada me puede interesar tan poco como las predicciones sobre mi dinero que, por cierto, suele consistir en una luca o dos repartidas en monedas entre mis pantalones y la profundidad de mi banano. 
al final es como si todo en la vida lo tuviera prohibido. o me lo prohibo yo misma, o me lo prohiben, o se me escapa de las manos, o no sé qué hacer, ni qué hice, ni cómo, ni cuándo, ni por qué, ni para qué, ni qué sigue ni qué seguirá. pero al final tampoco importa tanto.