15.6.11

Salud

Esa cierta intimidad
de las siete de la tarde,
el sol entrando
por una ventana, no del todo,
una nube rosa
se resiste a creer que es invierno,
la estufa caliente sí lo sabe.
Esa cierta intimidad,
tres o cuatro junto a un tequila,
se conciben uno a uno,
se ayudan a ser personas.
Poco importan las palabras,
aunque hablan sin parar
porque crean su burbuja
nacida de amor sin respuesta.
Esa cierta intimidad
a base de confianza,
de conocer las desdichas,
los sueños, los porqués y las miserias
de esos tres o cuatro, también del tequila
que los identifica una tarde en la cocina.
Esa cierta intimidad,
los rayos se van yendo,
quedan hablando de nada
en un espacio cerrado
cada vez más abierto
tantas tonteras, historias,
sonrisas y misterios,
esos tres o cuatro.

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