18.5.10

cuando subas tráeme la llave,
no tengo ganas de cerrar la puerta
vamos a quemar las alas
ya no nos hacen falta
y tengo tanto tanto tiempo
dentro del vaso vacío
que el vértigo es el vecino de al lado
y hemos desaprendido a destender la ropa,
trajes desnudos que no nos hacen falta

cuando subas tráeme la llave
y te entrego mi falda,
toda, todos los pliegues
y los volantes y el viento
que transita por tus manos
antes de relajarme
en este momento
en el que no hace falta nada,
ni una nota de música
porque es una canción este segundo,
porque qué más hace falta
ahora mismo.

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