21.2.10

Era el momento más tranquilo del mundo
aunque las explosiones estuvieran ahí fuera.
Lentamente se desgranan las canciones,
lentamente se desangran las enormes voces de la cabeza.
Intento ser humilde y lo consigo,
pero siempre seré la apisonadora que te aplaste,
hazte a un lado.
Que te quise y que te quiero,
pero de lo simple a lo complejo voy cambiando.
Tú, velocidad; yo, perspectiva;
los dos, que todo está en la cabeza,
y aprender la calma,
y satisfacer al alma con nutrientes de calidad.
Porque perder el magnetismo
es perder el miedo a la palabra amar.

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