10.4.09

Intangible

Vagón de ojos airosos, meticuloso de momentos intangibles,
abrazo de alcohol y poesía incrustada en mi cerebro,
a veces es mi culpa y muchas veces lo ha sido,
quizás de reprimirme las ganas de besar tus labios,
de abrazar el delirio, exhumar por completo mi deseo de escribirte,
de expresarme, de abrazar tu soledad con mis palabras.
Chapoteo en el recuerdo de antaño que surge luego de mirar en mi cabeza lo de anoche,
de embriagarme junto a tu oído y repetirte mil te quiero,
de llenarte la cabeza y el corazón de esos atómicos susurros espontáneos.
Abrígame de pensamientos, lléname de esas miradas prefabricadas,
de esas miradas que se profundizan en mi retina y palpitan dentro de mi corazón,
junto a tu nombre y a tu voz que cala de a poco dentro de mí.
Porque a ti podría escribirte millones de versos estelares mientras te abrazas a mi pecho,
mientras puedo rodear tus brazos con mis brazos y abrazarnos profundamente,
mientras siento tu resuello dentro de mi alma como epifanía de sentimientos y sensaciones,
y que me quede la vista para contar los últimos tres besos que puedo darte cerca de la boca,
sin que nadie se de cuenta, ni tú, ni yo, o quizás sólo nuestros nombres,
para así no derrumbar por nada ni nadie nuestro templo de perfección amante y oculto,
lleno de temores y circunstancias, lleno de ti ...

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