Reflexiones domingueras

hueón insisto en que mis sueños últimamente son cuáticos, muy. podría quedarme sentada mucho rato acá contando las cosas que pasan, pero ya es tarde y debería irme a dormir. por una extraña razón ando contentita, tengo ganas de bailar y de aprender nuevas cosas ojalá todos los días.

ayer en la tarde me eché en mi cama y miré mucho rato como las nubes se movían, me puse a llorar de puro ahueoná que andaba y me tapé la cara con una almohada hasta quedarme dormida. mi mamá fue a taparme y a abrazarme, sin decirme mucho me miraba y yo la abrazaba de vuelta .. sería bacán hacerme más amiga de ella pero hay cosas que quizás nunca (o al menos en esta etapa de su/mi vida) va a entender; ahí es cuando me dan ganas de salir corriendo, pasarme por el techo, saltar bien alto y sentarme en una roca gigante y contar ovejas infinitamente hasta cansarme y decidirme volver a casa. volver al lugar de donde nunca me he ido, pero el día que me vaya de verdad me sentiré valiente, tan valiente como los gatos que viven solos bajo algún puente y no le temen a nada. ya sé que parece que perdí la idea principal de todo lo que iba a contar, pero nunca la hubo. los últimos sábados se han tratado básicamente de saltar a mi cama y acostarme ebria, pero a pesar del estado etílico las personas que me acompañan todas esas noches me sacan sonrisitas que duran varios días de la semana. los carretes no llenan, las personas si ... y aunque sintamos todos de vez en cuando un vacío yo sé que en el fondo hay algo más allá. me ponen felices los besos, los abrazacitos, los te quiero, las canciones que gritamos mientras brindamos y mandamos a la mierda todo eso que queremos y no.