14.1.12

Prisioneros de un ritmo cruel

Ahora sé, aunque no comprenda,
de nada sirve enfadarse ni pedirte,
ni patear la piedra,
es lo poco que puede hacer el viento que apenas la erosiona,
que sabe que ella jamás entenderá
que la está acariciando apenas.
Ahora que sabes estas cosas públicas y anónimas
puedo calmarme,
sentarme en la arena
y que el mar me cubra.
Tengo la esperanza de que al final de este cuento escribiré carnavales
sonriendo y fumando como aprendí hace un tiempo,
sentada en la arena sin pensar mucho
y el mar cubriéndome de a poco.

1 comentario:

  1. El comienzo siempre es difícil, pero el término resulta satisfactorio, siempre habrá un final feliz y el que no lo crea es porque aún no llega a su final...
    tú todavía estás en busca de esa felicidad, vas bien encaminada y te estás dando cuenta de que cada vez se hace más fácil todo.
    Sigue siempre happy happy jirafa, happy happy en el buen sentido jajaja

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