26.1.12

Cuando el amor está prohibido las ganas se sienten,
suben ansiosas cosquillas en la piel,
cierras los ojos, abres la mente y al final hay besos
que quedan regados en el piso, y hay otros que,
al contacto con el magnetismo de ciertas pieles,
se tatúan para siempre en el gentil acoger de un hombro,
vientre, o muslo habitable.
Yo nací con mis lunares contados.
Hoy tengo dos besos nuevos (y sé de dónde vienen)
antes besé dos lunares nuevos y no sé dónde voy.

1 comentario:

  1. cuando el amor está prohibido, creemos que es más el sentir... quizás hasta sintamos más... por eso nos alejamos porque no es bueno ese sentir, sabemos que es imposible, inaceptable y lejano.

    te debe entretener contar tus lunares, las jirafas tienen muchos

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