me dolió más el corazón por ser humana que por tragar el humo a ojos cerrados. la garganta se aprieta y los nudillos sudan temblorosos de dudas y me miras horizonte fijo y nos hundimos en un abrazo eterno, no hay nada que pueda decir tanto sin mover la boca.
juraste no decirlo en palabras, pero, el silencio aveces lo dice todo... que mala o buena suerte que las jirafas no hablan!
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