26.8.09

Traté de vaciar la luna dentro de mi vaso,
la verdad es que quería beberla como si fuera néctar de dioses,
como si estuviera bebiendo la noche de un solo trago
y fuertemente
quería que nada me importara,
¡y hoy qué me importa el mundo!
Bastaron tres segundos para derretirme de la nada,
de la nada y del todo,
del todo y el silencio,
el silencio y el cielo que insiste en robar mi nubes,
pero eso ¿qué me importa?
Se han robado la epifanía,
la revelación de estrellas y medusas
y ya nada importa.
Aún no me canso de besar pestañas
porque tú sigues siendo eso, mi Tú
que miro de lejos,
y no sabes cuanto te extraño.

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