8.2.09

Vasos rotos hechos de papel cubren el dolor

Esta vez no me dirijo a Dios ni a Buddah, no escribo para ti ni para nadie, no me interesa lo que te pase si no me intereso por mi misma.
Anoche fui la culpable de apagar las luces y llorar como una niña, de abrazarme a mis brazos y sostener mi rostro triste; y no es que realmente quisiera, pero no pude parar de llorar, lo siento, pero no me avergüenzo para nada, simular que estoy realmente feliz sería un perfecto crimen, y te prometo que no deseo ser criminal.
Necesito estar anesteciada para recupar el entusiasmo que me dejaría sonreirte volublemente y en calma. Vuelvo a abrir los ojos secos de tanta lágrima, admito ser llorona, fin ... no quiero nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario