a veces me hago daño
a veces me hago daño con las penas de los otros
a veces me suicido con tus penas
que se me agolpan en el corazón
(Qué taquicardia más tormentosa!)
hasta que sonríes
hasta que te desabrochas uno a uno los botones
y paseas lejos en tu mente encerrada
y te reflejas en los ojos de los niños
que juegan a la pelota
o a la vida fácil
pero tus dolores
que me llegan a mí como arañazos en tu cuerpo de luces
los convierto en piedras sobre mi espalda
en el tic tac de mi bomba de relojería
y me provoco mi propia muerte
porque te imagino lejos
lejos de todo, muy lejos
y
por eso
no encuentro mejor motivo
para el susurro de los labios en tus labios:
que te vengas
que yo te quiero
que yo te cuido
que yo te prometo
un mundo lleno de tardes felices
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