28.10.10

Nada que esconder

Seis de mayo, dos mil diez.
Hacía frío, creo recordar, y era jueves.
Te eché de menos semanas antes y en ese momento.
Ya te lo he contado, pero no tienes ni idea.
Eh, que sin rencor,
que a comprensiva no me gana nadie,
que no es esto echar en cara un abandono sin invitación previa,
es solo mantenerse en el recuerdo, ya ni doloroso,
abandonarse a los quisiera y si pudiera,
a los favores sin respuesta.
Que no te pido nada, faltaría,
pero escucha lo que pasa, eso es justicia.
Busca, encuentra, y luego me cuentas.
Lo que quizá no entiendas
porque ni yo comprendo
es cómo consigues que me ría de todo
sin tener siquiera alguna respuesta
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario