No quiero ser como ella, como ellos, como nadie.
No lo tengo claro, y dudar me avanza, eso al menos.
No encontraré enemigos donde los demás habitan.
Todos los preconceptos postconceptuados.
Todas las heridas y el reconocimiento.
Dejarlo atrás,
como una escalera que se acorta de peldaños
y que llega a ninguna parte.
Esa es la dicha.
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