28.3.11

Soy la señorita dos medidas y el hielo,
la que deja todo claro y lo anula al final,
la que muere por la idea y se cansa muy deprisa.
No es que sea caprichosa, es un rasgo de carácter, y no es broma,
qué quisiera poder ser de una línea,
monoteórica, puro color.
Pero no,
la vida misma que no para me hizo así,
obligada a entender que un mundo tan inquieto
no precisa de apuntalamientos de descanso.
Soy la señorita dos sonrisas y hasta veinte.
No cambio de opinión tan rápido,
tomo las decisiones con seguridad, a veces, tantas,
para tener más tiempo de cambiarlas luego.
Comprendo más de lo que digo, digo más de lo que entiendo.

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