30.7.09

Bicicletas submarinas

Entramos al mar para buscarnos,
como yo nunca supe respirar
pude sobrevivir bajo esta agua;
los fantasmas nos fueron quitando la ropa,
las palabras
los sonidos
los momentos,
y de repente casi en la nada
me vi nadando dentro de una burbuja submarina,
los fantasmas querían que les leyeramos cuentos,
y yo por suerte traía uno a mano,
"la niña corria rápido, de la mano traia una carta,
corría con tanta fuerza que a veces no podía verla ...
entre los espamos de luz que atravesaban los árboles la niña corría,
no miraba nada fuera de su camino para entregar esa carta,
no importaba si su vestido blanco pintado de margaritas se manchaba,
la niña corría con su carta, una carta firmada por ella para él,
para el niño que en la puerta de su casa la esperaba,
la niña corriendo llegó donde él,
puso la carta en sus manos, el niño ruborizó su mirada,
y beso la mejilla de la niña que ahora también se ruborizaba,
los niños corrian ahora juntos, de la mano,
sonrientes..."

los fantasmas de repente sonreían,
y sus ojos de fantasmas ahora brillaban,
ahora podíamos irnos nadando con nuestras bicicletas blancas,
corriendo entre algas marinas,
entre peces que nadan
y sirenas que cantan.




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